jueves, enero 18, 2007

La cuesta de Enero... También se nota en la Copa

Aunque no lo parezca climatológicamente hablando, nuestros bolsillos saben perfectamente que estamos en pleno mes de enero afrontando la cuesta de más renombre y caché para la gran mayoría de los mortales. Eso sí, como de costumbre, esta pendiente ascendente que, por fortuna, todos acabamos superando con más o menos dificultades pasadas las primeras semanas del 2007, como decimos en mi tierra y dependiendo muy mucho de con quién hables, no es igual de pindia.

En algunas de nuestras ciudades el ambiente futbolístico está de capa caída, sino deportivamente, al menos sí psicológicamente. El ejemplo que a todos se nos viene a la cabeza es el del más Real de los Madrides. Como bien comenta esta semana nuestro compañero Diego Plaza, las relaciones institucionales entre madridistas van camino de convertirse más en un “Salsa Blanca” o en un no menos televisivo “¡Aquí hay merengue!”, que en lo que el verdadero aficionado del Bernabéu quiere y desea: una máquina de fútbol bien engrasada campeona de todo y con el mejor de los capataces a sus mandos. Se confirma que Capello ha hecho oposiciones para ese puesto.

La sorpresa de la semana en este aspecto, nos la daba un Ramón Calderón que ha hecho sabio una vez más el veterano dicho de “por la boca muere el pez”… Quizás su permanente estado de euforia imperturbable fue el que le incitó a protagonizar una de las rajadas más sonoras que yo he escuchado de un presidente satisfecho con su mandato. No me quiero poner a analizar punto por punto lo que el señor Calderón dijo en aquella conferencia, pero si es cierto que he venido observando un cierto grado de resquemor a todas luces justificado en algunos de los jugadores de la primera plantilla. Aún siendo el pensamiento del Presidente, esas palabras se tienen que quedar entre bastidores y hay que darlas salida en el seno del club y alejados de la polémica. Así, dichas en público, sólo enrarecen aún más el ambiente.

Eso sí, lo que piensa el señor Calderón ya nos ha quedado bien claro, pero hay cosas que ni él mismo, optimista antropológico, no podrá explicarse: “¿por qué se enfada Beckham si le pronostico una halagüeña carrera como actor en la Galaxia Hollywoodiana? ¿Y qué pasa con los sueldos de los porteros? ¡Pero si en realidad cuando hablo de diferencias contractuales, es para lanzarle una indirecta a Diego López en forma de ascenso! ¡Por favor! ¡Qué ganas de malmeter!” Desde luego, ya sabéis como es el Presidente, así que como diría el siempre ácido Tomas Guasch, sólo me queda añadir un: “¡Hombres de poca fe! ¡Anti-madridistas todos vosotros!

Afortunadamente, la semana, con sus 5 días laborables de por medio da mucho más de sí. Con la Copa a vueltas y quizás aunque tu equipo haya caído eliminado de mala manera, siempre se hace más corta la llegada del futbolero fin de semana. El torneo del K.O. tiene ese “punch” que a mí en particular, me lleva enamorando desde que sé diferenciar entre mi equipo y el rival. Para desgracia del campeonato de más tradición, solera y atractivo de nuestro país, los estadios se hacen cada vez más reticentes a la asistencia masiva en horarios inapropiados para los chavales e inviables para ti que tampoco vives precisamente cerca del estadio del club cuya camiseta lucías orgulloso en tu último retiro vacacional.

La Copa necesita de cambios que la vuelvan a hacer atractiva para los grandes. Necesita de un puesto en la Champions para un campeonato que luce como principal reclamo el nombre de “Liga de Campeones”. Si lo pensamos meridianamente, el vencedor de la Copa (que menosprecio hablar de vencedores con un título de tanto calibre en juego, hablemos mejor de campeones, a la porra con las repeticiones) será el 2º y último equipo de su país (junto al de liga) en ser tratado como tal la próxima temporada. La Champions no debiera ser una competición de cuartos, sino de eso, de campeones de verdad.

También, ¿por qué no?, podríamos pedir un poco de suerte para aliñar esas tardes de miércoles entre semana. Que no se me enfaden los béticos, que es un decir, pero un Real Madrid – Barça a doble partido en cuartos de final o semifinales sería un ingrediente extra que pondría de nuevo al fútbol copero en las portadas de los telediarios y que, teniendo la repercusión que tendría un duelo de estas características a lo largo y ancho de nuestra geografía, tendríamos nuevo tema de conversación distinto al desgastado y recurrente recurso del tiempo para pelotear al jefe en el café de media mañana. Y es que, al fin y al cabo, lo que en verdad “nos pone” a todos además del fútbol, es poderlo comentar entre “amigos” para regodearnos de las victorias o ahondar en las crisis de otros. ¿Para cuándo un reality de futbolistas? Anda que… ¡ya están tardando!

Publicado en www.wmfutbol.com

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