sábado, diciembre 09, 2006

Esperpento paramédico en el Pizjuán


Ya sé que un sábado a estas horas hay que hablar de fútbol, de goles, de largueros, de ocasiones... Pero yo, que como muchos de vosotros estaba tranquilamente recostado en el cachito de sofá que me toca en el salón, me he indignado bastante con el esperpento paramédico que he presenciado en los últimos instantes del Sevilla - Real Madrid.

Tras el choque fortuito (no por ello exento de violencia) entre las cabezas de Reyes y Maresca y quedar éste último tendido sobre el terreno de juego completamente grogui y mareado, la actuación de los servicios médicos del Sevilla ha sido indignante e impropia de un profesional de la medicina. Os puede parecer excesivamente duro, pero para mí, y seguramente para muchos entendidos dentro del sector sanitario, que un jugador quede de costado y por momentos inconsciente en el césped de un terreno de juego tras un golpe en la cabeza (más si cabe con el espasmo en forma de latigazo que le da en el brazo izquierdo al caer) es razón suficiente para llevar a cualquiera directamente a urgencias, sin preocupaciones de resultados, árbitros o campeonatos

Luego enseguida saltamos todos diciendo que los médicos que utilizan productos dopantes prohibidos por los reglamentos deportivos no se preocupan por la salud de los deportistas, pero es que dejar que un jugador en la situación del italiano se reincorpore al terreno de juego no es ético ni profesionalmente, ni humanamente hablando. Que Maresca estaba aturdido saltaba a la vista porque se tuvo que retirar hasta dos veces, pero cuando hablamos de golpes en la cabeza estamos hablando poner en un riesgo innecesario la vida (sí, la vida) de los deportistas...

¿Y si lo de Maresca hubiera sido más grave y le hubiera hecho desplomarse nuevamente vete tú a saber con qué consecuencias? Ah, "que los servicios médicos sabrán como estaba realmente el jugador...": sí, claro, de ahí el seguimiento que le están haciendo durante y después del choque, porque estaban seguros de que no habría ningún tipo de lesiones neuronales.

Insisto una vez más: pese a lo envidiable de la actitud del jugador, que quería seguir jugando (y de hecho ha acabado siguiendo en el partido; lo de los médicos del Sevilla es indignante. A ver que explicación se nos da después, porque estoy, sinceramente, muy enfadado; aunque quizás le doy demasiada importancia para la repercusión que va a tener después; pero es que personalmente estoy muy sensibilizado con este tipo de situaciones y me parece que uno o dos puntos no merecen nunca la pena a cuenta de poner en mayor riesgo la vida de un futbolista.

Dicho lo cual, hay un personaje en el campo que se debiera asegurar de que todos los que están en el campo están en condiciones de cara a la práctica del fútbol: hablo del árbitro. Ese mismo que permite la entrada de las asistencias y que le deja reincorporarse por dos veces al encuentro al héroe de la UEFA, pese a que mostraba signos evidentes de que aún estaba afectado por el golpe. Un poco de seriedad, por favor.


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