Comentaba en una entrada anterior las consecuencias que podría tener lo ocurrido en Mendizorroza el pasado sábado. Estando totalmente de acuerdo con aquellos que civilizadamente pidieron la marcha de Piterman del club, o mejor dicho, de la Sociedad Anónima Deportiva de la que es dueño este personaje ruso, no nos iba a quedar otra que tragar y desviar el tema hacia el asunto de las patadas y de los golpes al banquillo albiazul.
El mismo sábado comentaba que tendríamos que esperar una reacción evasiva de Piterman escudándose en lo sucedido entonces... Y claro tenía que llegar porque no deja de ser una salvajada: "Condenamos los actos de violencia ocurridos el pasado sábado, ya que los mismos no sólo ponen en peligro la integridad física de los jugadores, técnicos y aficionados que acuden al campo, sino también la libertad de la gente para poder presentarse, sin miedo, en los partidos de Mendizorroza".
Insisto, ójala este personaje no hubiera llegado ni al Alavés ni a ningún otro equipo, porque lo que está haciendo es jugar con los sentimientos de la gente... Pero, entendiendo el malestar y la mala uva del alavesista de toda la vida, algunos deberían plantearse porque está pasando esto... El Alavés no es del aficionado, es de Piterman y, tristemente, puede hacer lo que le venga en gana porque para algo lo compró y para algo se lo vendieron... Es lo que tienen las sociedades anónimas que el aficionado pierde su poder decisión en favor del dinero.
Eso sí, no se cómo, pero "Que se vaya, dile que se vaya...".
El mismo sábado comentaba que tendríamos que esperar una reacción evasiva de Piterman escudándose en lo sucedido entonces... Y claro tenía que llegar porque no deja de ser una salvajada: "Condenamos los actos de violencia ocurridos el pasado sábado, ya que los mismos no sólo ponen en peligro la integridad física de los jugadores, técnicos y aficionados que acuden al campo, sino también la libertad de la gente para poder presentarse, sin miedo, en los partidos de Mendizorroza". Insisto, ójala este personaje no hubiera llegado ni al Alavés ni a ningún otro equipo, porque lo que está haciendo es jugar con los sentimientos de la gente... Pero, entendiendo el malestar y la mala uva del alavesista de toda la vida, algunos deberían plantearse porque está pasando esto... El Alavés no es del aficionado, es de Piterman y, tristemente, puede hacer lo que le venga en gana porque para algo lo compró y para algo se lo vendieron... Es lo que tienen las sociedades anónimas que el aficionado pierde su poder decisión en favor del dinero.
Eso sí, no se cómo, pero "Que se vaya, dile que se vaya...".
Foto | Marca
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